jueves, 30 de noviembre de 2017

#ApunteEconómicoUP: La relevancia del contexto en nuestras decisiones económicas

Toma cada vez más fuerza, se trata de la nueva tendencia en análisis económico del comportamiento. O mejor dicho, «la nueva revolución supone que cuando tomamos decisiones, no consideramos meramente cual de las opciones disponibles nos gusta más. También nos preguntamos qué deberíamos hacer»

Lo sostiene en su último análisis Ricardo Haussmann, profesor de economía en la Escuela Kennedy de Harvard. ¿Qué conlleva esta concepción para entender como nos comportamos en términos económicos? 



A priori y dada su actualidad, la referencia sobre esta cuestión que puede ser más relacionada es la rama de la economía conductual de la que Richard H. Thaler fue recientemente galardonado con el nobel. No obstante, mientras que la economía del comportamiento se fundamenta en la psicología cognitiva, Haussmann describe que «la revolución actual tiene sus raíces en la psicología moral». 

Las implicaciones de este giro van más allá de afinar en nuestras decisiones y detectar cómo nos afectan los incentivos de carácter económico. Lo relevante y, prácticamente determinante, es cómo influyen en nosotros el contexto e identidad social que tengamos y que además se refleja en nuestros sentimientos. Una materia que ya empezaron a explorar George Akerlof y Rachel Kranton en Identity Economics (Princeton University Press, 2010) y Sam Bowles en The Moral Economy (Yale University Press, 2016). 

Entre las consecuencias que puede arrojar este modo de analizar está que se «dé cabida a estrategias basadas en afectar ideales e identidades, no solo impuestos, multas y subsidios» advierte Haussmann. Y concluye que en el futuro quizás comprendamos mejor, como ejemplo, «que desempeñamos una labor excelente en nuestro trabajo porque buscamos respeto y realización personal, no solo un aumento de sueldo». 

Si extrapolamos este último razonamiento a la razón de ser de los colegios profesionales y las profesiones, encontramos un fuerte indicio y conexión con los resortes que identifican a estas como una categoría social reconocida. El ejercicio de una profesión implica una asunción personal de la deontología, que tiene a su vez potestad disciplinaria. Un marco que el profesional identifica y basa en su modo de actuar vocacional y donde los incentivos económicos pasan a un segundo plano en aras del servicio a la sociedad.

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