jueves, 6 de abril de 2017

Profesiones automatizadas, ¿un escenario real?

Imagen Pixabay

«Los avances en inteligencia artificial no afectarán sólo a los empleados de las fábricas, sino que tendrán también un enorme impacto en trabajadores del sector servicios, incluidos trabajadores de cuello blanco, profesionales asalariados». Así lo cree Ryan Avent, corresponsal económico de la revista The Economist, que acaba de publicar La riqueza de los humanos. El trabajo en el Siglo XXI (Ariel, 2017). Sin duda, el avance de la inteligencia artificial y la automatización supone una revolución que ocupa cada vez más espacios en prensa y ensayo y cuyo denominador común será un cambio radical que ya experimentamos en sus etapas iniciales. No obstante, cabe pensar qué sucederá con las profesiones colegiadas. 

El autor señala que ya hay una serie de profesiones que están en riesgo de ser automatizadas tales como los conductores, repartidores o incluso los pilotos de avión. Por el contrario, hay una serie de actividades profesionales que, por sus características intrínsecas, no parecen tan permeables a la tecnologización en términos de sustitución, si bien, sí en términos de complementariedad como ya sucede en las últimas décadas. Basta citar los medios tecnológicos y técnicas de procesamiento de datos e información que ya emplean profesiones como las sanitarias, la arquitectura e ingenierías, las científicas o las jurídicas, entre otras, que ayudan al profesional a ser más preciso y ganar un nivel de productividad razonable. 

En cualquier caso, si algo caracteriza a la prestación de un servicio profesional es su heterogeneidad que se hace patente cuando un profesional aborda las variadas casuísticas que presenta cada cliente y paciente donde también intervienen elementos intangibles y reputacionales asociados a la confianza entre personas. En consecuencia aplicar procesos de estandarización y automatización demasiado rígidos no sería lo más conveniente ni beneficioso para la sociedad. Asimismo, el análisis sobre una determinada problemática social por una profesión que requiere combinar el conocimiento de campo de la situación, teoría y datos para concluir las acciones a llevar a cabo tampoco parece una tarea tan replicable o aconsejable por un método de inteligencia artificial, al menos, en lo que se prevé actualmente.