martes, 17 de diciembre de 2019

#ApunteEconómicoUP: Acerca de la desigualdad, la economía y la política

«No debemos dejar que la economía deje de ser una ciencia moral y se aleje del debate social». Fue una de las principales reflexiones que dejó el economista francés, Thomas Piketty, el pasado 11 de diciembre en la presentación que realizó de su nuevo libro Capital e ideología (Deusto, 2019) en el Instituto Francés de Madrid. 

Conocido por sus profundas investigaciones con base en amplias series estadísticas históricas, como ya mostró en El capital en el siglo XXI (Harvard University Press, 2013) en el que analizó el origen de la distribución del ingreso y la riqueza en el mundo desde el siglo XVIII, en esta ocasión, profundiza en las raíces de la desigualdad, sobre la cual afirma que no es económica o tecnológica, sino ideológica y política. Es decir, la desigualdad tiene más que ver, según sus palabras, con la estructura fiscal, el sistema normativo, o de educación que se establezca. 

De tal modo, en su intervención también ponderó la relevante influencia de introducir una fiscalidad progresiva, no solo por redistribuir la renta, sino también porque permite reinvertir en educación pública. El propio Piketty ya reconoció que «las políticas de educación y formación, en diversas formas, también constituyen una poderosa herramienta de redistribución eficaz que permite modificar estructuralmente la desigualdad de las rentas del trabajo» en La Economía de las desigualdades (Anagrama, 2015). 

Por su parte, abogó además por repensar la política económica de la Unión Europea. Así, defendió avanzar en construir una fiscalidad común de manera definitiva para progresar en la integración europea y superar el eje franco-alemán dominante actual con objeto de que España e Italia también tengan un mayor peso en el debate de las decisiones económicas, normativas y sobre políticas sociales. 

  • La intensa interacción entre política y economía 

Precisamente, al hilo de la interacción o vínculo entre la política y la economía que apunta Piketty, la profesora de la Universidad de Stanford, Anat R. Admati, publicaba un reciente artículo en el que incide de manera clara en la relevancia crítica que supone para el bienestar social que haya un cauce de colaboración entre políticos y economistas más amplio, certero y no distorsionado. 

Entre otras cuestiones, defiende que la esfera académica en el ámbito económico ha de mezclarse más con el mundo real. Ello se debe a que puede suministrar la necesaria información y contraste técnico a la política tanto para informar de la mala de aplicación de leyes, como para ajustarlas o solicitar que se rindan cuentas. Con todo, recuerda que «la aplicación de modelos económicos inadecuados a las políticas en el mundo real es similar a la construcción de puentes utilizando modelos de ingeniería defectuosos. Se pueden producir daños graves». 

Por ejemplo, también recuerda que es fundamental profundizar en saber y discernir «la forma en que se desarrollan las estructuras de poder y las asimetrías de información dentro y entre las instituciones de los sectores público y privado».

miércoles, 27 de noviembre de 2019

#ApunteEconómicoUP: A vueltas con la España vacía y las profesiones

Si hay un tema que ha ganado en especial relevancia e impacto mediático en los últimos años es el conocido como la España vacía, vaciada o despoblada: básicamente, la progresiva caída de la densidad de población en los territorios del interior de la península asociada a una demografía envejecida y una brecha en términos sociales, económicos y de servicios respecto a las ciudades. Todo ello, ha llegado a colarse en la agenda de muchos interlocutores de la sociedad civil y comienzan a surgir algunos análisis e iniciativas que es interesante valorar más allá del ruido. 

Entre algunas de ellas, existe un cierto nexo común como se desprende a continuación. En primer lugar, se publicó que en las comunidades autónomas del interior, cada curso emigran más jóvenes para estudiar en las universidades de las grandes ciudades como recogen los datos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Una de las derivadas más potentes que produce este fenómeno es que estos alumnos después de finalizar sus estudios comienzan su vida personal y laboral lejos de su tierra de origen. Por ello, muchas universidades del interior están impulsando programas para fidelizar y atraer a más estudiantes. 

Vinculado a este fenómeno, la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) apuntaba también según un estudio que el 77% de los autónomos en poblaciones inferiores a los 5.000 habitantes tenía más de 59 de años y solo un 2% menos de 30 años. Por ello, esta organización apuesta por la Red de Ayuntamientos Rurales Emprendedores con el objetivo de implicar a todos los agentes del ámbito rural como fundaciones, o agentes de empleo, etc. y así atraer a nuevos emprendedores en las regiones más despobladas. 

Finalmente, conocíamos que Forbes publicaba que los grandes patrimonios en España se concentran cada vez más en las grandes ciudades debido a que en ellas se dispone de más servicios y actividad económica que sirve de atractivo para estos capitales, en contraposición con las zonas menos pobladas. Este dato, que a priori es accesorio, puede ser un indicador indirecto de la prosperidad y distribución de la riqueza de un territorio. Especialmente, debido a que se observa que las grandes fortunas provienen cada vez más de la gestión empresarial y no tanto de origen familiar. En definitiva, fomentar el arraigo desde los inicios universitarios en la región en la que se estudie puede contribuir a que la brecha entre campo y ciudad sea menor

Por su parte, recordamos que en la revista Profesiones de Unión Profesional estamos llevando a cabo una serie de artículos centrados en la España vacía y las profesiones que explora desde una perspectiva objetiva, técnica y novedosa la relevancia de los profesionales de las distintas ramas y los colegios profesionales, sus problemáticas y su influencia significativa para contener o revertir esta situación. 

En este sentido, ya han sido publicados tres artículos de la serie que dejamos a vuestra disposición de nuevo: 



martes, 29 de octubre de 2019

#ApunteEconómicoUP: Las profesiones, clave en el desarrollo económico. A propósito del Nobel de Economía 2019

El nuevo enfoque basado en la experimentación para la reducción de la pobreza fue la temática con la que la Real Academia de las Ciencias de Suecia entregó en nombre del Banco Central del país nórdico el galardón del Premio Nobel de Economía 2019 a los profesores Abhijit Banerjee, Michael Kremer y Esther Dufló
Precisamente, esta última que también es la segunda mujer que recibe este reconocimiento en la categoría de economía después de Elinor Ostrom en el 2009, fue mencionada debido a la relevancia pragmática de sus iniciativas en nuestro artículo sobre la Desigualdad en el número 159 de la revista Profesiones de enero y febrero del 2016. 

La obra de los tres premiados por separado y a menudo en colaboración se ha convertido así en referencia por su metodología en la economía del desarrollo durante estos años al aplicar prácticas experimentales a pequeña escala y así poder evaluar su efectividad. Por ejemplo, en materia de educación en pequeños núcleos de población, esencialmente, en África, Asia e Iberoamérica pudieron mejorar los resultados escolares cuyas técnicas se han convertido en el modelo a seguir. Igualmente, también incentivaron los subsidios en atención médica que muchos países han ido introduciendo. 

  • Contribución clave de las profesiones en la mejora del bienestar

En este punto, el avance de la lucha contra la pobreza pone en valor que junto con la voluntad política que ha de ser necesaria pero no suficiente, aparece una correa de transmisión clave: se precisa del conocimiento técnico avanzado de los profesionales y, a su vez, cuando se efectúa de manera multidisciplinar el resultado muestra efectos multiplicativos, más efectivos y duraderos.

Como ejemplo, basta hacer un breve repaso para observar cómo cada ámbito de profesiones contribuye de manera crítica a generar el necesario nivel de bienestar y luchar también contra la pobreza en los lugares más vulnerables. Podemos destacar la articulación y defensa de los derechos por las profesiones del ámbito jurídico, la buena gestión del patrimonio y políticas de desarrollo económico por las profesiones del espectro de economía, la mejora en los niveles de salud y integración social gracias a las profesiones sanitarias y sociales, la calidad del entorno construido y el nivel de las infraestructuras por las profesiones de arquitectura e ingenierías, la fiabilidad científica otorgada al tejido productivo y público por las profesiones científicas, o el determinante papel de la educación. 

A tal efecto, como estudiamos en Unión Profesional (en los números 176 y 177 de la revista Profesiones) sobre el peso del subsector de los servicios profesionales alrededor del mundo en términos económicos, parece sugerirse que el mayor nivel de desarrollo económico y social está vinculado a una mayor presencia de las profesiones. Si bien, su fuerza siempre será mayor en la medida que el marco regulatorio de los países sea más estable y proporcione un sistema de profesiones colegiadas asentado que proteja y controle el ejercicio profesional, y defienda los derechos de los usuarios, clientes y pacientes.

jueves, 26 de septiembre de 2019

#ApunteEconómicoUP: Sobre la relación entre el progreso tecnológico y las profesiones colegiadas

«La teoría económica no ofrece una respuesta clara acerca del efecto de largo plazo de los efectos del progreso tecnológico sobre el empleo». Es una de las consideraciones principales que expone en su reciente artículo sobre el impacto económico de la automatización Robert Skidelsky, profesor emérito de economía política de la Universidad de Warwick. 

Efectivamente, parece no haber un absoluto consenso académico sobre los efectos de los avances tecnológicos en la economía. Normalmente, se alude a que el progreso puede destruir empleo a corto plazo, pero a su vez también es capaz de crear nuevas áreas y sectores que demandan la ocupación destruida anteriormente. No obstante, para Skidelsky la clave está en la diferenciación entre las innovaciones que ahorran empleo, como las de producción, y las que lo crean, como los nuevos productos y servicios que salen al mercado. Por ello, apunta que el balance final sobre la ocupación dependerá «del equilibrio entre la innovación de procesos y la de productos, y de factores como el estado de la demanda, el grado de competencia en el mercado y el equilibrio de poder entre capital y trabajo». 

  • Posibles efectos de las innovaciones en los servicios profesionales 

Este debate, que cada vez cobra mayor relevancia y alarmismo en la economía y los diferentes sectores, invita a aproximarnos en nuestro caso, a realizar algunas reflexiones sobre el subsector de servicios profesionales. A priori, en la medida que la prestación de estos servicios es intensiva en conocimiento, ello imprime su carácter genuino en relación al resto de ámbitos industriales o, inclusive, dentro del sector terciario, lo que puede hacer parecer que el componente de capital tecnológico no es tan determinante. 

Sin embargo, el ejercicio profesional cada vez se apoya más en la tecnología mediante la inversión y el empleo en medios y recursos para incrementar su precisión en la labor de diagnóstico y tratamiento que reciben los clientes y pacientes. Como muestra, basta citar las profesiones sanitarias, técnicas de arquitectura o ingenierías, o incluso legales, entre otras, que a partir de herramientas físicas y virtuales más avanzadas logran ya una reducción de tiempos en la prestación, aumentos en la exactitud de su labor, e incrementos en su productividad. 

De tal manera, aunque pueda deducirse que este subsector de servicios estaría más vinculado a innovaciones de proceso, lo cierto es que quizás está más asociado a las innovaciones que crean empleo. Ello es así, puesto que la progresiva introducción de mayor tecnología proviene de los nuevos bienes intermedios en formato de software o aparatos de análisis y cálculos más complejos que utilizan las profesiones en su ejercicio. Por ello, hablaríamos de un subsector que, en principio, generaría empleo indirecto en las nuevas industrias relacionadas a las que se demandan nuevos bienes y servicios que mejoran las prestaciones profesionales. Además, la presumible aparición de nuevos servicios, enmarcada dentro de las innovaciones de producto debido a la creciente complejidad de las relaciones de las personas, empresas y entidades en áreas sociales, económicas y técnicas, etc. supondría esperar un crecimiento en el empleo de las profesiones. 

En este sentido, si consideramos el perfil más intrínseco a la prestación de servicios profesionales, no se debe obviar que precisan también un elevado componente de trato personal. Por ende, explorar la sustitución de profesionales por mecanismos automatizados o virtuales de prestación no debiera tener demasiado recorrido en el futuro, pues el componente de confianza y la necesaria interacción personal para detectar y profundizar en la problemática del cliente y paciente es y seguirá siendo crítica para recibir la mejor atención.

lunes, 29 de julio de 2019

#ApunteEconómicoUP: Sobre la productividad y el riesgo winner-take-all en servicios profesionales

El último informe mensual de julio del 2019 que elabora Caixabank Research recoge en su dossier un artículo de especial relevancia que aborda la estrecha relación entre la productividad y los tipos de interés. De tal modo, cuando la productividad se mueve en niveles reducidos como en la mayoría de las economías avanzadas actualmente, ello también presiona a la baja a los tipos de interés. 

La explicación detrás de esta conexión radica en que si la productividad de la economía apenas crece, las empresas no observan oportunidades de inversión y acaban por demandar menos crédito. Igualmente, una baja productividad se traduce en un crecimiento más contenido de los salarios lo que produce una inclinación a aumentar el ahorro. Otra fuerza que incide de manera notable sobre la evolución de los tipos de interés es la demografía, puesto que si esta envejece y decrece, también es una fuerza a la baja sobre los intereses. 

Bajo este marco, desde la entidad se preguntan cuál podría ser el impacto de los avances tecnológicos sobre la productividad. Un aspecto difícil de medir al argumentar que pueden existir «elementos que impidan aprovechar todo el potencial de las nuevas tecnologías y que limiten el empuje sobre la productividad y, por lo tanto, sobre los tipos de interés». 

  • Dinámica 'winner-take-all' 

Entre estos elementos, hay uno que llama la atención por cuanto pudiera afectar al subsector de servicios profesionales. En concreto, la posible aparición de las dinámicas winner-take-all como resultado de que algunos operadores del mercado alcancen una masa crítica de consumidores por sus innovaciones y forma de operar, discutible en términos de competencia que les haga ganar una cuota de mercado suficiente como para tender a reducir la competencia. De hecho, se expone que estas dinámicas, dan lugar a la aparición de «empresas y profesionales superestrella». 

En consecuencia, llevado a los servicios profesionales, paradójicamente un determinado avance en la tecnología aplicable del que se esperaría un incremento de la productividad y del nivel de competencia acabaría por surtir el efecto contrario por su utilización, diferente a lo perseguido por la libre competencia. Lo resultante, sería una reducción en el incentivo de potenciales operadores de entrar al mercado en el futuro por los costes tan elevados de inversión que supondría competir con el líder del mercado. Incluso, podría dar lugar a un incremento de los precios para los clientes y pacientes en última instancia. 

  • Liderar el mercado no puede bloquear su avance 

Un fenómeno que puede profundizarse en tanto en cuanto, las nuevas tecnologías requieran factores productivos escasos pero «esenciales en la producción» como estos profesionales junto con los activos intangibles. Esta conexión que ya se estaría produciendo de forma general según algunos estudios en algunos sectores contribuiría, efectivamente, a incrementar la desigualdad en las remuneraciones de los factores productivos, como algunos segmentos de empleo, en los mercados. 

De tal forma, a pesar de que el avance tecnológico es imparable y necesario para favorecer el crecimiento y desarrollo económico, se ha de vigilar en materia regulatoria que se produzca bajo unos cauces que no fagociten precisamente la inversión en tecnología y formación para una vez logrado liderar un mercado, bloquearlo para no dejarlo avanzar y dejar entrar más operadores y monopolizar así los beneficios con márgenes empresariales elevados.

martes, 25 de junio de 2019

#ApunteEconómicoUP: ¿Cómo valoramos que nos engañen al consumir?

En cualquier aspecto de la vida cotidiana, el engaño es percibido de forma más o menos negativa por quién lo sufre. Con todo, cuando nos referimos a la pericia del engaño en determinados contextos puede ser leído como una habilidad que incluso se cotiza al alza en algunas profesiones. Concretamente, en aquellas que se destinan esencialmente a la venta pues en ese ámbito, «la gente ve el engaño como una táctica de persuasión de alta presión particularmente efectiva». Es la cuestión que han buscado desgranar y atajar los autores Brian C. Gunia y Emma E. Levine en su estudio Deception as Competence: The Effect of Occupational Stereotypes on the Perception and Proliferation of Deception. 

En su investigación, diferenciaron entre 32 profesiones con «alta orientación de venta» y «orientación de venta baja» que fueron clasificadas de acuerdo a una escala por 204 participantes en diversas situaciones. De tal forma, concluyeron que en determinadas ocupaciones en el ámbito de las ventas, la publicidad y la banca de inversión, «los engañadores serían empleados más competentes que personas honestas». En otras palabras, cuando el cliente adquiere un bien o servicio, generalmente más costoso, que no tenía previsto gracias a las técnicas de engaño y manipulación de un determinado profesional, queda en la mente del consumidor que ha estado frente a un vendedor competente al lograr su objetivo. Cuestión que, al parecer, valorarían sus propios empleadores no solo en su perfil de ventas, sino además, en su proceder interno como en la declaración de gastos superior que podría suponer un sobrecoste para la empresa. 

Dentro de las profesiones contempladas, aunque se trata de un estudio realizado en la esfera anglosajona, aparecen algunas que están en la órbita de la colegiación como el abogado, el dentista, el arquitecto, el médico, el ingeniero, el trabajador social o el químico cuya categorización por los participantes les situó mayoritariamente como profesiones de orientación de venta baja. A tal efecto, si aplicaran el engaño no serían valorados como competentes, pues lo que se espera de ellos es que sean honestos de acuerdo a las conclusiones del documento. 

  • El engaño nunca puede ser una competencia valorada del profesional colegiado

Con este estudio se abre un espacio de investigación especialmente apasionante en los servicios profesionales pues encontramos un fuerte indicio conductual que diferencia a las profesiones colegiadas de otras que no lo son y operan en otros sectores. ¿Qué intuiciones hay detrás de este fenómeno? Fundamentalmente, divididas en dos cuestiones. La primera está en la demanda, puesto que el cliente o paciente cuando plantea su problemática a un profesional sobre materias sensibles en el ámbito de la salud o la articulación de sus derechos espera ser tratado con la mayor diligencia y efectividad para su resolución. Igualmente, desde la oferta el profesional colegiado realiza su acto profesional sujeto a tres factores: independencia de criterio o autonomía facultativa, control de deontológico con régimen disciplinario, y responsabilidad. Un esquema de ejercicio que lo enmarca lejos de las técnicas de engaño. 


No obstante, ello no es siempre así, dado que en diversos contextos de ejercicio sin colegiación o mala praxis, la manipulación o el engaño pueden suceder. De hecho, según otros estudios como (Hyndman y Ozerturk, 2011) la configuración del juicio que realiza el potencial usuario de su problema o asunto depende, en buena medida, de su estado de ánimo y valoración sobre el precio. Así, en muchas ocasiones, parece demostrarse que si este presenta un ánimo pesimista y mayor disposición a pagar será más proclive a ser manipulado. En definitiva, existe aún mucho camino por recorrer para desentrañar bien los resortes conductuales que operan en la relación entre los profesionales y los clientes y pacientes.

jueves, 30 de mayo de 2019

#ApunteEconómicoUP: La sociofísica en la predicción del comportamiento, ¿aplicación para los servicios profesionales?

Se suele decir, no sin razón, que las ciencias sociales son más inexactas para calibrar sus resultados en la medida que dependen del comportamiento humano. Calcular los efectos de políticas, medidas económicas y sociales se queda siempre en aproximaciones con márgenes de error a considerar, no en la exactitud de las probetas, con lo que nunca se puede obtener seguridad sobre su desempeño con antelación en un laboratorio como ocurre en la investigación científica. Sin embargo, este marco parece que puede perder vigencia en los próximos años tal y como se publicaba en Retina. Un proyecto multidisciplinar, que engloba a físicos, matemáticos, sociólogos, economistas, antropólogos y biólogos, trabaja en un simulador del comportamiento humano. Denominado Ibsen, ya ha llamado la atención, incluso, del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, pero ¿en qué consiste y cuál es su utilidad?

Sociofísica
Anxo Fernández, un físico al mando de este proyecto y que trabaja en el Grupo Interdisciplinar de Sistemas Complejos de la Universidad Carlos III, se mueve en un terreno novedoso y que promete ser el futuro en el estudio de las sociedades, hablamos de la sociofísica, cuyo ejemplo más simple es la ola que acontece en los estadios deportivos. De este modo, lo relevante se encuentra en la interacción que se produce entre los individuos a gran escala a partir de una mayor complejidad de herramientas como el dilema del prisionero en las grandes cuestiones como el cambio climático, la economía o los movimientos sociales.  
En definitiva, desentrañar los condicionantes de nuestro comportamiento lejos de modelos estancos y que nos acercarían a una clarificación de los detonantes e incentivos en una sociedad. Todo, para lograr la aplicación de «políticas basadas en evidencia» según Ignacio Tamarit, investigador de la Carlos III. Por el contrario, si una herramienta así cae en las manos inadecuadas, podríamos enfrentarnos a unas consecuencias de manipulación de nuestros comportamientos más afinadas y, por tanto, más perturbadoras.

Medir mejor las interacciones bajo el sistema de profesiones colegiadas
Si aterrizamos el potencial de esta experimentación en el subsector de los servicios profesionales las aspiraciones podrían ser más que sugerentes. Quizás, podríamos evaluar y medir con más precisión los efectos sociológicos y económicos que produce el intrusismo, el valor del sistema de profesiones colegiadas en la certidumbre de la sociedad. También, la influencia de las redes de contactos y recomendaciones que se producen entre los clientes, pacientes y usuarios de los servicios profesionales. 
Asimismo, las interacciones entre los profesionales serían de igual interés puesto que podríamos obtener conclusiones acerca de los grupos que lideran la innovación y su permeabilidad al resto del tejido profesional. Otra opción podría ser, cómo los profesionales interpretan y desplazan a los intrusos para proteger la reputación colectiva de su disciplina en la medida que existen las corporaciones colegiales. Y así, un amplio catálogo de situaciones.

Fake news con la economía a través de la estadística
Un ejemplo reciente de la gravedad que supone la intención de manipular nuestro comportamiento era descrito por el Banco de España. En un artículo, abordaba como la ingente cantidad de fuentes de datos en la actualidad, utilizados por agentes privados en medios como las redes sociales, se emplean para generar «fake news sobre la medición de variables económicas» que llevan a conclusiones erróneas e interesadas. 
Como respuesta, la institución financiera independiente aboga por «reforzar el marco de calidad y de transparencia de las estadísticas oficiales» e, igualmente, diseñar «una política de comunicación que permita desmontar los bulos antes de que arraiguen». Sobra decir, que estamos en una época que obliga a hilar muy fino en todos los ángulos de una sociedad.

lunes, 29 de abril de 2019

#ApunteEconómicoUP: Hacia modelos económicos más precisos gracias a la digitalización de archivos históricos

Comprender las transiciones que se han vivido en unas sociedades con una gran desigualdad y conmoción social, y en otras con un crecimiento más equitativo es la aspiración de la profesora de economía en la Universidad de Harvard, Melissa Dell. Una inquietud que ha dado lugar a un proyecto muy ambicioso consistente en digitalizar millones de archivos históricos que hasta ahora han permanecido ocultos o inaccesibles en todo el mundo para el análisis predominante y la labor de prospección de muchos investigadores, especialmente, en la rama de las ciencias sociales. 

Ahora, gracias a un proyecto conjunto con una empresa canaria llamada Theam, está previsto lanzar una plataforma virtual próximamente que será el lugar donde pueda encontrarse infinidad de documentación, quizás más que centenaria, que pueda nutrir y hacer más sencillo y barato el acceso a este conocimiento humano registrado en papel, que de otro modo, acabaría por perderse o quedar al margen de la mayoría de los estudios. 

De tal forma, una de las aplicaciones que promete introducir elementos de carácter sísmico en su estructura, es en la economía y concretamente, en su modelización de fenómenos y previsiones. Un marco muy sugerente al que desde luego convendrá seguir la pista. 

Dificultades y cuestiones a considerar 
Sin duda, digitalizar todos los archivos históricos que puedan contribuir al enriquecimiento de las disciplinas de conocimiento puede ser uno de los avances que marquen un antes y un después en determinadas materias. Especialmente, en economía pero también en otras áreas como la sociología o la política. 

No obstante, ha de considerarse que en el análisis de esa nueva documentación digitalizada la información expuesta de datos puede tener sesgos, así como estar elaborada presumiblemente con una metodología diferente. Todo ello, debe ser analizado y reinterpretado para así poder ser contextualizado e incorporado de manera eficiente y útil. De tal forma, configurar equipos multidisciplinares aparece como una las claves en esta tarea de interpretación.

De interés para las profesiones colegiadas
En definitiva, todos los campos de conocimiento y actividad podrían verse beneficiados de esta ampliación de las bases históricas de información y datos para incluso elaborar mejores políticas sociales y económicas. Así, en el caso de las profesiones colegiadas, acceder a un fondo más amplio de su funcionamiento y actividad puede ser más enriquecedor para perfilar aún más sus características identificativas

E igualmente, el análisis económico que pueda realizarse abriría la puerta a que fuera más preciso en la medida que se incorporara mucha más información de cara a construir modelos econométricos de previsión en relación a impactos regulatorios como ejemplo. Sin olvidar, que la comparabilidad con otros países en este plano también sería más deseable.

jueves, 7 de marzo de 2019

#ApunteEconómicoUP: Mujeres economistas referentes en sus áreas

Al hilo del Día Internacional de la Mujer es interesante visibilizar el trabajo académico de gran interés que han aportado muchas economistas en diversas áreas de conocimiento. De este modo, de acuerdo a la filosofía de este blog, nos centramos en la contribución novedosa de algunas economistas en varias de las esferas que más han avanzado en los últimos años como por ejemplo: la economía conductual, el estudio de la desigualdad y la macroeconomía. Sin embargo, no debemos olvidar la escasez de mujeres como referentes mediáticos en muchas otros espacios y disciplinas de estudio que aún es evidente aunque mejora progresivamente. Por tanto, sirva esta entrada del blog para hacer un breve repaso en la línea apuntada.


  • Economía del comportamiento: Justine Hastings y Christina Jolls 
Sin duda, una de las esferas de conocimiento que han ganado más relevancia en los últimos años es la economía del comportamiento o economía conductual por la que el economista Richard Thaler recibió el Nobel de Economía en el 2017. Junto a él, además de otros referentes más conocidos como Amos Tversky o Daniel Kahneman también hay mujeres economistas cuyo trabajo es muy destacable por su contribución y que también se pone cada vez más en valor. 

Por ejemplo, Justine Hastings, profesora de economía y asuntos internacionales y públicos en la Universidad de Browm así como investigadora en el National Bureau of Economic Reserarch (NBER), elaboró junto con Jesse Saphiro uno de los trabajos de investigación más relevantes acerca del concepto de contabilidad mental. Basado en el mayor o menor valor que otorgamos al dinero en función de su procedencia y de las decisiones que tomamos en su uso que no siempre son racionales. Su trabajo, citado por Thaler en su libro La psicología económica (Deusto, 2016), demostró en EE.UU. que ante la bajada del 50% en el precio del combustible en el 2008, el consumo de la gasolina de mayor calidad se incrementó más de lo esperado contra el pronóstico de la economía racional de que parte de ese ahorro de los usuarios se destinaría a otros consumos como, más viajes por carretera, ocio u otros bienes y servicios. 

Igualmente, Christine Jolls, profesora de derecho y organización en la facultad de derecho de Yale y una de las mayores referentes de la economía conductual, ha trabajado en explorar qué comportamientos adoptamos que escapan del marco de racionalidad predominante en el estudio del derecho y la economía. Tanto es así, que en el artículo académico, A Behavioral Approach to Law and Economics junto a Thaler y Cass Sunstein, argumentaron como podía alterarse la percepción de la probabilidad de ser descubierto en la comisión de un delito. Para ello, se centraron, como ejemplo sencillo, en la notificación de las multas de aparcamiento en Chicago que pasó de notificarse mediante una nota en el parabrisas a ponerse como un adhesivo potente de color naranja muy llamativo en la ventanilla del vehículo, lo que actuaba de señal para el resto de conductores con el objeto de disuadir la comisión de esa infracción. 


  • Desigualdad: Esther Duflo 
En el campo de la desigualdad económica, uno de los nombres que han ganado más prestigio en los últimos años es el de la economista francesa, Esther Duflo, profesora de Reducción de la Pobreza y Economía del Desarrollo en el MIT, que recibió el Premio Princesa de Asturias de las Ciencias Sociales en el 2015 por su trabajo acerca de la desigualdad y la pobreza. Desde el propio galardón se elogió su labor al haber «aplicado con originalidad métodos experimentales para evaluar la eficacia de las políticas contra la desigualdad económica y social, especialmente en África, Asia e Iberoamérica». Por ejemplo, la propia Duflo sostiene que los sistemas tributarios son demasiado complejos y evitan que sean más progresivos. En esta línea, citamos su contribución en el artículo sobre la desigualdad del número 159 de la revista Profesiones.  


  • Macroeconomía: Carmen Reinhart 
Finalmente, en el ámbito de la macroeconomía, Carmen Reinhart, doctora por la Universidad de Columbia y editora de diversas revistas académicas de economía valoradas como la American Economic Review, se ha erigido en los últimos años una de las figuras más reconocibles por sus aportaciones. Sin ir más lejos, en diciembre del 2018 recibió el Premio Rey Juan Carlos I de Economía en reconocimiento a sus investigaciones para obtener una mayor comprensión en la formación de las crisis financieras, que tienen patrones similares, y el movimiento de los flujos de capital. Cabe destacar su libro en colaboración con el economista Kenneth S. Rogoff Esta vez es distinto: ocho siglos de necedad financiera (Fondo de Cultura Económica de España, 2011).

miércoles, 27 de febrero de 2019

#ApunteEconómicoUP: Sobre la publicidad y marketing en servicios profesionales

Recientemente, se ha conocido la publicación del libro Marketing para las empresas de servicios profesionales (Ediciones Pirámide) del consultor Juan Carlos Alcaide. En su blog, El consumidor que viene, alojado en el diario Expansión realiza una breve glosa sobre los aspectos principales que configuran los servicios profesionales y en qué puede consistir su marketing. Una obra que, a buen seguro, guarda información de especial interés. 

Si bien, al hilo de sus premisas, es interesante apuntar algunas cuestiones de desarrollo y marco sobre los servicios profesionales, que en nuestro caso, entendemos genuinamente, como las prestaciones que realizan los profesionales colegiados a los clientes y pacientes. Mientras, el autor se pregunta si «¿acaso no son servicios profesionales los de un fisioterapeuta, un coach, un nutricionista o un diseñador gráfico?». 

  • ¿Qué es un servicio profesional prestado por un profesional colegiado? 

Entre las características que el autor relata de los servicios profesionales, en primer lugar, cita la intangibilidad. Ciertamente, los servicios profesionales se mueven en el terreno de lo intangible en la medida que son servicios y no pueden asegurar siempre un buen resultado, como por ejemplo en los sanitarios. En definitiva, hablamos de credence goods, o bienes de confianza pues el cliente o paciente no puede evaluar con precisión en ningún momento de la prestación, antes o después, el nivel de calidad que recibe. 

Igualmente, expone el personalismo característico de la prestación de los servicios profesionales cuyo éxito centrado en un profesional puede producir que reciba el encargo de demasiados servicios llevándole a un «colapso personal». Sobre esto, subyace el concepto de productividad. Por ejemplo, si hablamos de un profesional colegiado en ejercicio por cuenta propia, su número de servicios prestados de acuerdo al tiempo y medios empleados, deberá estar en consonancia con el nivel de calidad suficiente que ha de tener cada servicio. De tal modo, siempre será necesario tener en cuenta que prestar más servicios en menos tiempo y con menos medios, a pesar de que hará crecer la productividad afectará negativamente al servicio a la sociedad. 

Y conectado con el nivel de productividad, se encuentra la heterogeneidad intrínseca que acompaña la prestación que se deduce de la afirmación de «el nivel de variabilidad que puede existir en un mismo servicio». En consecuencia, cuando hablamos de servicios profesionales no podemos estandarizar su prestación, pues cada cliente o paciente precisará un marco prestacional diferente y, por ello, la articulación del marketing deberá considerar esta fenómeno. 

  • Publicidad que no dañe la profesión ni el secreto profesional

En cuanto al tipo de consumidor de servicios profesionales destaca de él su exigencia, su proceder eminentemente tecnológico y, además, apunta que está 'infoxicado'. Es decir, intoxicado de información. Y, precisamente, este último es uno de los aspectos críticos en la prestación de servicios por los profesionales colegiados cuando efectúan su marketing que, según Alcaide, ha de «atraer, vender, lograr experiencias positivas y diferenciales... y dignas de ser contadas: y fidelizar y retener a clientes rentables». 

En este sentido, si los potenciales clientes o pacientes están intoxicados de información, afectados por graves asimetrías de información, que les puede llevar a demandar servicios que no necesitan realmente, un profesional colegiado sujeto a su código deontológico no entrará, o no debería entrar, en esa dinámica de acceder a sus demandas, sino reconducir a prestarle el servicio adecuado que precise. De lo contrario, se puede incurrir en fenómenos como la demanda inducida para ganar mayor cuota de mercado y retener entonces a clientes o pacientes con cierto grado de manipulación. 

Por tanto, referimos que las técnicas de marketing deben ser cuidadosas y honestas con el usuario de servicios profesionales cuya demanda emana más de la necesidad frente a otras motivaciones más prescindibles. 

Asimismo, en materia de publicidad como el arma más potente del marketing, cabe recordar que la ley de colegios profesionales recoge, efectivamente, en su artículo 2.5 que las corporaciones colegiales pueden recoger en sus estatutos además de en los códigos deontológicos de cada profesión algunas previsiones que exigen a los profesionales que sus comunicaciones comerciales se ajusten a la ley y, por tanto, guarden la integridad de la profesión y el secreto profesional. 

En consecuencia, todo ello abona un terreno delicado en cuanto a la articulación del marketing en los servicios profesionales que prestan los profesionales colegiados y que no se corresponde con los parámetros más genéricos de otros sectores, sino que versan sobre material sensible sobre los derechos de las personas.

miércoles, 30 de enero de 2019

#ApunteEconómicoUP: ¿Uberización en servicios profesionales?

Estos días somos testigos de una nueva confrontación entre dos modelos económicos en el sector de la movilidad urbana entre los taxis y las plataformas digitales de vehículos de transporte con conductor (VTC) de Uber y Cabify. Más allá de sus consideraciones concretas, la solución habrá de pasar por una regulación que deberá atender los nuevos hábitos de consumo del transporte privado atendidos por estas empresas asegurando la necesaria calidad y seguridad, para que puedan cohabitar con el servicio público del taxi, que habrá de alejarse también del mercado secundario especulativo de sus licencias. En definitiva, estamos ante un nuevo escenario planteado por la economía colaborativa que ha venido para quedarse y transformar muchos ámbitos a través de lo que se denomina uberización de la economía. En lo que nos ocupa en este blog, nos centramos en su impacto en el subsector de los servicios profesionales. 

  • Plataformas digitales sobre servicios profesionales 

Es evidente que cada vez son más las plataformas digitales existentes en el ámbito de los servicios profesionales como los jurídicos o sanitarios. En ellas, el denominador común se centra en que los profesionales se registran y, de acuerdo a su especialización, se les asigna o pueden escoger qué servicio prestar dentro de la batería de cuestiones que plantean desde el otro lado, los potenciales clientes o pacientes. En resumen, hablamos de aplicaciones que acortan el tiempo de emparejamiento entre oferta y demanda en un mercado. Pero el mercado de los servicios profesionales tiene una serie de particularidades que es preciso atender. 

A considerar por el profesional: 
  • Riesgo de industrializar la prestación de los servicios profesionales 

Si algo caracteriza la prestación de servicios profesionales es el conocimiento especializado de los profesionales, la asimetría de información que acusa el cliente y paciente, y el carácter heterogéneo de cada servicio. Es decir, no es posible estandarizar ni clasificar la prestación de un servicio profesional pues cada cliente o paciente presenta unas singularidades que el profesional no puede obviar y que hace que la prestación deba ser heterogénea para que sea más efectiva. Con estas aplicaciones se abre la puerta a distorsionar o no contemplar este marco en aras de una mayor productividad mal entendida en detrimento de los distintos recursos y tiempo necesarios que precisa cada usuario.

Algunos de los sistemas de incentivo, sobre todo en las de perfil jurídico, se sustentan en que a mayor cuota de suscripción pagada por el profesional, el flujo de clientes que se le ofrece tiende a ser mayor. A tal efecto, surgen algunos interrogantes o espacios difusos, dado que en algunas profesiones, sus códigos deontológicos no permiten que los ejercientes paguen algún tipo de contraprestación a un tercero para que se les suministre clientes. Situación que con ciertas dinámicas de estas aplicaciones se bordea. 

En otros, son los clientes los que exponen su caso y el máximo desembolso al que están dispuestos, dando lugar a una puja a la baja por los profesionales para hacerse con el caso. Sin duda, dinámicas peligrosas puesto que la calidad del servicio que recibe el usuario puede quedar muy comprometida. 

A considerar por el usuario: 
  • Permanece el riesgo de selección adversa

Por otra parte, entre los bondades que arroja este nuevo modelo, cierto es la rapidez que puede lograrse en encontrar un profesional por parte de un usuario. A menudo, la exploración de estos puede ser errática, sesgada o, en el mejor de los casos, se obtiene una recomendación de algún profesional por parte de algún familiar o conocido. Sin embargo, ello no elimina el riesgo de selección adversa, pues no necesariamente los profesionales más competentes y adecuados pueden estar en la aplicación. 
  • La valoración de los usuarios sobre un profesional no es un parámetro fiable 

En esta línea, que uno de los criterios en la elección del profesional sea la valoración que de estos han realizado los usuarios tampoco ha de ser un parámetro inequívoco. Entre otras cosas por dos cuestiones: la calidad de los servicios profesionales, como bienes de confianza definidos así en economía, no puede ser valorada con exactitud por el cliente o paciente en ningún momento de la prestación. 

En el imaginario público suele asociarse que la consecución del éxito de un profesional se contempla especialmente cuando ha logrado lo que el usuario pretendía. No obstante, en ocasiones hay determinadas cuestiones técnicas o de salud que no pueden solventarse o llevarse a buen puerto aunque el profesional haya efectuado su prestación con la mejor coordinación de medios y conocimiento especializado.