Richard H. Thaler, pionero de la economía conductual, fue galardonado por la Real Academia Sueca de Ciencias con el Nobel de Economía 2017 el 9 de octubre. «Sus hallazgos empíricos y sus ideas teóricas han sido fundamentales para crear el nuevo campo de la economía del comportamiento que se está expandiendo rápidamente y que ha tenido un profundo impacto en muchas áreas de la investigación y política económica», reconocía la institución nórdica.
Sin duda, Thaler es uno de los grandes precursores de la llamada economía conductual junto con los economistas de la talla de D. Khaneman, A. Tversky o H. Simon, cuya investigación ha estado orientada a encontrar y definir los parámetros de comportamiento humano que se esconden detrás de las decisiones de carácter económico que tomamos habitualmente. Todo un desafío a los postulados clásicos y neoclásicos de la economía donde se modeliza a un individuo que toma sus decisiones siempre de un modo racional y con toda la información disponible y clasificada por sus preferencias. Un comportamiento insuficiente y desajustado en relación al proceso de decisión que experimentamos en la realidad.
- Presente en la revista Profesiones 164
El pensamiento de Thaler también fue abordado en un artículo de la revista Profesiones, nº 164, a raíz de la publicación de su libro Todo lo que he aprendido con la psicología económica (Deusto, 2016). Un recorrido sobre la consolidación de esta nueva escuela de pensamiento económico cuyo espíritu es aglutinar el conocimiento interrelacionado entre la psicología y la economía. Así, entre algunos de los conceptos de esta economía conductual, Thaler destaca el 'efecto dotación' que describe como valoramos más aquello que ya poseemos que las cosas que podríamos obtener. También el concepto de 'contabilidad mental' que define como nuestras decisiones financieras tienden a ser calibradas de manera separada y no las comparamos de manera global. O, el fenómeno de 'autocontrol', que responde a como nuestras decisiones de consumo de ciertos bienes pueden verse alteradas en tiempo y forma si no estamos seguros de poder controlar su ritmo. Especialmente con bienes y servicios adictivos como el alcohol o el tabaco, etc.
La profundidad de la economía conductual no queda ahí, puesto que Thaler también introduce algunos desarrollos teóricos del comportamiento en los mercados cuya extrapolación es posible e interesante para las profesiones. El ya nobel sostiene que «no se puede esperar que todos tengamos los conocimientos y la experiencia necesaria para tomar decisiones óptimas en todos los ámbitos en los que tenemos que tomarlas, pero todos deseamos defender nuestro derecho a elegir por nosotros mismos». Ante ello, expone el concepto de «paternalismo libertario» bajo el cual, se persigue «influir en las decisiones de la gente de una manera tal que quienes eligen se encuentren en mejor situación para juzgar por sí mismos».
En este sentido, el papel de las organizaciones colegiales, como los mejores conocedores del ámbito de las profesiones, es fundamental desde esta óptica de la economía conductual, pues ofrecen al potencial cliente o paciente la necesaria asesoría para poder tener un mejor criterio en su decisión del profesional al que acudir sin coartar su libertad de elección.
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