«La cuestión de la desigualdad y la redistribución está en el centro del conflicto político». Thomas Piketty, La economía de las desigualdades. Cómo implementar una redistribución justa y eficaz de la riqueza (Anagrama, 2015)
La investigación y el debate irreconciliable entre las posturas que abordan el asunto de la desigualdad sigue como cimiento y uno de los principales leitmotiv del aprendizaje de la ciencia económica. Thomas Piketty, es uno de los máximos exponentes y especialistas de este sempiterno estudio y así lo refleja en su libro La economía de las desigualdades. Cómo implementar una redistribución justa y eficaz de la riqueza (Anagrama, 2015). Una actualización de la publicación de hace casi dos décadas debida al terremoto mediático causado el pasado año con su obra El capital en el siglo XXI, donde 'fotografío', con datos, el rendimiento superior del capital frente al crecimiento de las rentas salariales en la segunda mitad del siglo XX, como ejemplo.
Más manejable en términos divulgativos, en La economía de las desigualdades, Piketty nos brinda un análisis, no exento de partes sesudas y técnicas, que deja vislumbrar algunos de los «mecanismos económicos y sociales que producen las desigualdades». Entre ellos, señala que «si el mercado del crédito fuera plenamente eficaz (...) la desigualdad inicial de la distribución del capital debería terminar por atenuarse». Además, otorga especial atención a la formación y afirma que «una parte esencial de la desigualdad entre países ricos y pobres —y, por otro lado, de la desigualdad en general— no se debe a la distribución desigual de los medios de producción, sino a la distribución desigual del capital humano».
Como soluciones a los desequilibrios, dos métodos a elegir: la redistribución pura o la redistribución eficaz. La primera, confiando en el reparto primario de rentas que hace el mercado, las redistribuye posteriormente hacia los más desfavorecidos; la segunda redistribución interviene los fallos de mercado para mejorar la asignación de recursos y la equidad social.
La lectura, preferentemente sosegada, del libro otorga al menos, más argumentos para continuar con el debate...
- La OCDE apuesta por la mejora y optimización de las competencias para favorecer el crecimiento inclusivo
Precisamente, al hilo de la obra de Piketty y su énfasis en el capital humano como uno de los factores explicativos de la desigualdad, la OCDE presentaba la semana pasada el informe Estrategia de Competencias. Andreas Schleicher, director del departamento de Educación y Competencias de la institución manifestó que «es hora de centrarse en mejorar el nivel de competencias de los españoles y optimizar sus competencias en el puesto de trabajo para fomentar el crecimiento inclusivo y la innovación».
Y advierte, en concreto para España, que «debe duplicar sus esfuerzos con objeto de asegurarse de que los jóvenes españoles adquieren y gozan de las competencias necesarias para tener éxito en el ámbito socioeconómico. Por otra parte, España deberá adoptar nuevas estrategias para llegar a los casi 10 millones de adultos escasamente cualificados».
Así pues el reto de potenciar el capital humano está más presente que nunca y las profesiones colegiadas juegan un papel fundamental en ello en una doble vertiente. De un lado, desde las propias organizaciones colegiales al implementar la formación continuada de los profesionales; y, de otro lado, al generar actividad económica de alto valor añadido que genera empleo vinculado y servicios de calidad para los ciudadanos.
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