viernes, 10 de octubre de 2014

El potencial de las profesiones para reducir el desempleo de larga duración

Los riesgos vuelven a estar al alza. Esta semana, diversas instituciones de la esfera nacional e internacional nos han puesto sobre aviso de que la recuperación no solo no es vigorosa —asunto evidente—, sino que se desliza a un estancamiento de tintes crónicos. A la problemática asociada a la extensión del ébola, de la cual el presidente del Banco Mundial ha afirmado que en España «ya está teniendo consecuencias económicas», se sumaron las conclusiones vertidas por el FMI.

En su informe de 'Estabilidad financiera mundial', sostuvo que «el 70% de la banca europea no está preparada para prestar crédito adecuado». Por otro lado, en sus 'perspectivas de la economía mundial' apuntó que España crecerá un 1,3% este año y un 1,7% en el 2015.

No obstante, la otra cara del informe pasó desapercibida, ya que estas previsiones están sujetas a la evolución de la zona euro cuyo riesgo de entrar en recesión ha subido a un 40% y a un 30% en el caso de la deflación. España no es ajena a ello, y la elevada posibilidad de entrar en un largo periodo deflacionario solo está por debajo de Grecia y es comparable al 2009, año de mayor caída de la crisis. En el ámbito doméstico, Asempleo, en su Avance del mercado laboral, corroboró que existen «señales de desaceleración».



El informe de Asempleo, reconoce asimismo que en términos interanuales, las actividades profesionales y la educación, entre otras, siguen siendo las principales ramas de actividad que sustentan los aumentos de la afiliación. Una capacidad que pudimos observar en los datos de empleo referentes al mes de septiembre. Sin embargo, dentro del desempleo destacó, el gran foco a subsanar: «la proporción de parados de larga duración —más de un año— es del 62,4%, mientras que la probabilidad de encontrar empleo para individuos de este colectivo (a un trimestre vista) es del 6,7%». Es decir, hablamos de un paro estructural cifrado en 3,5 millones de personas. 

En este sentido, las profesiones colegiadas tienen un específico efecto arrastre sobre la creación de empleo vinculado. En el estudio desarrollado en Unión Profesional, Análisis del desempleo cualificado en España: Factores explicativos de la necesaria formación continuada se concluye que por cada 2,3 profesionales se genera un empleo vinculado. Un ratio que se fundamenta en la función formativa de carácter continuado que ofrecen las organizaciones colegiales.

Pero además, en materia de financiación aún queda mucho por hacer. Alternativas de micromecenazgo como el crowdfunding deben tener un papel más principal como instrumento de emprendimiento para los profesionales. En esta línea, se pronunció la pasada semana el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, cuando se aprobó el proyecto de Ley de Fomento de la Financiación Empresarial. Una legislación que distinguirá entre inversores acreditados, los cuales no tendrán limitación en aportación de capital, e inversores no acreditados (o particulares) que no cumplan determinados requisitos, a los que se asignará un límite de 3.000 euros en la participación por proyecto y 10.000 euros en el agregado de plataformas. De su puesta en práctica se determinará si tiene los efectos positivos deseados...

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