viernes, 8 de mayo de 2015

Crowdfunding, herramienta de comunidad necesaria para los autónomos

Autónomos UE28 (2008-2014)
Una de las huellas que dejó la Gran Depresión allá por los años 30 del siglo pasado, fue la denominada «cicatriz invisible», una sensación en esas generaciones de «desconfianza patológica en los bancos» como describe John Coates, investigador en neurociencias de la Universidad de Cambridge en su libro La biología de la toma de riesgos. Algo muy similar a lo que ha sucedido con la crisis actual, sin embargo, en esta ocasión, la economía y la sociología se han abierto camino de manera conjunta con nuevas fórmulas basadas en el apoyo de la comunidad a través de plataformas online para las personas que quieran financiar sus proyectos; nos referimos al crowdfunding —o micromecenazgo—. Un fenómeno en vías de consolidación y que, sin ir más lejos en España acaba de ser incluido en el ámbito de financiación participativa en la denominada Ley de fomento de la financiación empresarial publicada por el BOE el 27 de abril.

  • División de los inversores entre acreditados y no acreditados
Entre las características principales del texto, divide el tipo de inversores en dos: acreditados, cuyos requisitos, centrados en su volumen económico, aparecen detalladamente en el artículo 81 y, por otro lado, los no acreditados, que quedan enmarcados en una serie de medidas protectoras traducidas en topes de actuación como: 
  1. No podrán invertir más de 3.000 euros en un mismo proyecto; 
  2. Tendrán un límite de inversión de 10.000 euros durante 12 meses en una misma plataforma de crowdfunding. 
En este sentido, el comisario europeo de Estabilidad Financiera, Jonathan Hill, afirmó este martes en Madrid, que «España debe dinamizar sus mercados de capitales con alternativas como el crowdfunding, capital riesgo, etc.», para de ese modo poder sortear periodos de crisis con más argumentos. Asimismo, refirió que «el crowdfunding se está vigilando de cerca».

  • Necesidad de financiación de los autónomos en la Unión Europea de los 28
Unión Profesional no ha sido ajeno a los inicios y el desarrollo del crowdfunding; a través de la revista Profesiones, se han realizado diversos artículos profundizando en su esencia de comunidad y explorando su potencial en el sector de los colegios profesionales como instrumento de financiación, pero también como plataforma de asesoramiento para aquellos profesionales que deseen emprender su ejercicio por cuenta propia. No obstante, respecto a la ley también han surgido voces críticas que achacan el freno que puede suponer para los emprendedores. 

Por ello, apoyar los inicios de aquel que desea iniciar un proyecto debe ser objetivo también del crowdfunding de manera sustantiva. Los datos así lo atestiguan. Si observamos (ver mapa) la evolución del número de trabajadores autónomos en el periodo del 2008 al 2014 a partir de los datos de Eurostat, destaca la brecha existente entre los países del sur y norte de la UE y muestra la dificultad patente a la que se enfrentan Pymes y autónomos para emprender su actividad debido al estrechamiento del crédito de la banca tradicional. Por tanto, impulsar nuevas vías de financiación complementarias como el crowdfunding es un ejercicio que se antoja imprescindible por todas las instituciones. Solo así se podrá aprovechar el potencial de la sociedad civil en esta situación.


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