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- Constituir un órgano de cooperación regulatoria
Es la propuesta capital resultante de esta ronda negociadora: la creación de un órgano de cooperación regulatoria. Una institución que, de aprobarse el TTIP, estaría conformada por miembros dirigentes de las diversas agencias reguladoras a ambos lados del Atlántico, cuyo cometido sería:
- Establecer las prioridades regulatorias sobre determinados sectores.
- Ofrecer soluciones en caso de conflictos.
- Vigilar la evolución del Tratado.
El documento de esta iniciativa resume que la aspiración de este órgano sería «generar una regulación más efectiva a un menor coste para los interesados», con el mantenimiento, eso sí, de «los altos niveles de protección en áreas como la seguridad de los consumidores, la salud y el medioambiente». En este sentido, la CE destaca que este órgano no podría «adoptar medidas jurídicas» ni «interferir en los procedimientos reglamentarios domésticos de EE.UU. o la UE».
- Mención a servicios profesionales
La fundación este órgano regulatorio descrita en el dossier afirma, entre otros sectores, que «por ejemplo, el sector financiero debe ser gestionado muy de cerca y que necesitamos una fuerte regulación para asegurar que nuestros proveedores de servicios profesionales, estén debidamente calificados».
En torno al funcionamiento de dicho órgano, la CE precisa que se tendría en cuenta la visión del resto de stakeholders o grupos de interés, si bien no son nombrados, tales como sindicatos, empresas, consumidores, e incluso organizaciones profesionales; instituciones que deberían tener un mayor protagonismo en la configuración regulatoria.
Mientras, ya están previstas dos rondas más antes del verano: abril y julio...
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