El Parlamento y la Comisión europeos han incidido en lo digital como motor económico de su estrategia de crecimiento, donde el e-commerce y la inversión en infraestructuras juegan un papel clave para el crecimiento de la Unión Europea. No obstante, se han considerado resistencias a ese «crecimiento» cuestiones clave, como la seguridad, especialmente en lo que respecta a la protección de los datos de los europeos. Como ha reconocido recientemente el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), existen derechos —como el derecho al olvido— que apelan a una normativa, a un control que busca equilibrar las fuerzas entre las partes. A la espera del Acta del Mercado Único III con las futuras estrategias, que se presuponen estarán centradas en el Mercado Único Digital, el debate lo encontramos en lo fronterizo, reconduciendo la mirada de la Agenda Digital europea al otro lado del Atlántico.
Las negociaciones del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) entre Estados Unidos y la Unión Europea han traído consigo preguntas sobre las implicaciones de este acuerdo que, según el ideólogo de la Economía del Bien Común, Christian Fellber, al estar la agenda de este tratado formulada por las empresas trasnacionales más influyentes de uno y otro lado, implica «ajustar a la baja la totalidad de las leyes ambientales, de protección de la salud, seguridad alimentaria, condiciones laborales y datos privados, entre otras». Esta sospecha ha sido refrendada recientemente por una filtración, donde se informa de que los servicios públicos podrían ser gestionados, a raiz del TTIP, por empresas estadounidenses.
>> ¿Un verdadero mercado único para permitir la libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales? Esta idea de homogeneización que, si nos focalizamos en los servicios profesionales, puede traer ciertos problemas. ¿Qué pueden ganar o poner en riesgo los profesionales y ciudadanos bajo este paradigma? «Parece que una mayor accesibilidad, evitar los costes de desplazamiento y una comparación más amplia de profesionales podrían ser favorables, pero calibrar en qué medida, la confianza percibida, la calidad obtenida y la seguridad ofrecida a los potenciales clientes y pacientes serán suficientes, se constituyen como los verdaderos retos sobre los que es necesario reflexionar» expone Eugenio Sánchez, economista de Unión Profesional en El potencial económico en Internet, en la revista Profesiones 149.
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