La economía española se encuentra en un momento de impasse para confirmar si nos encontramos ante una verdadera recuperación. El consenso económico que marca el camino de la salida de una crisis sostiene que las exportaciones deben ser el primer motor capaz de generar ingresos y, por tanto, ahorro. Un ahorro que al transformarse en inversión productiva comienza a producir empleo neto y finalmente, hace remontar el consumo.
Sin embargo, los datos no muestran solidez.
Desde el verano de 2013, el ritmo de las exportaciones se ha moderado, hasta crecer únicamente un 0,8% en el último trimestre del pasado año. La inversión descendió un 2,4% en el mismo período —debido al insuficiente ahorro y crédito—, mientras que la generación de empleo precario y localizado junto con la debilidad del consumo, invitan, en todo caso, a una recuperación desigual y demasiado lenta. Por ello, la cuestión esencial es como potenciar una recuperación sostenida y homogénea para la sociedad.
Desde el verano de 2013, el ritmo de las exportaciones se ha moderado, hasta crecer únicamente un 0,8% en el último trimestre del pasado año. La inversión descendió un 2,4% en el mismo período —debido al insuficiente ahorro y crédito—, mientras que la generación de empleo precario y localizado junto con la debilidad del consumo, invitan, en todo caso, a una recuperación desigual y demasiado lenta. Por ello, la cuestión esencial es como potenciar una recuperación sostenida y homogénea para la sociedad.
Fomentar la financiación alternativa ante la restricción de crédito
Una de las claves de este cambio lo apuntaba ayer, Valenti Pich, presidente del Consejo General de Colegios de Economistas que centraba su artículo Financiación: cualquier iniciativa es bienvenida en fomentar la financiación desde distintos ámbitos ante la evidente restricción de crédito en la que nos encontramos. De esta forma, convenía a «aprovechar la oportunidad histórica en que nos encontramos para desarrollar en España mecanismos alternativos que reduzcan nuestra vulnerabilidad a posibles crisis crediticias». Y en concreto, señalaba que «un ejemplo claro de estas nuevas fórmulas lo constituye el crowfunding».
Crowfunding y líneas ICO
En este sentido, desde Unión Profesional se apoyan y fomentan distintas formas y alternativas de financiación. Como ejemplo, la financiación basada en la cooperación colectiva fuera del circuito financiero como es el crowfunding que mencionaba Pich, el cual comprende distintos tipos de micromecenazgo, como las donaciones, sponsoring (publicidad a cambio de financiación), el préstamo de la ‘multitud’, etc. Una vía novedosa, surgida al calor de la autonomía que ofrece Internet, cuya regulación ya ha sido anunciada en Consejo de Ministros, abriéndose así el debate sobre su potencial desarrollo o aparente limitación.
Por otro lado, el pasado 5 de marzo, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) organizó una jornada formativa para sus agentes colaboradores, entre los que estuvo presente Unión Profesional, con el fin de darles a conocer las nuevas líneas de financiación para este año. Un asunto de gran relevancia dentro de un contexto complejo, cuyo objetivo es atajar las dificultades en el acceso a la financiación actual y mejorar los canales y productos especializados destinados a los profesionales colegiados autónomos y empresas que prestan servicios profesionales.
Nos encontramos, pues, ante un escenario económico que exige a los agentes sociales respuestas colectivas, rápidas y certeras que puedan desembocar en una verdadera recuperación inclusiva y proactiva para todos los segmentos de la sociedad. Las organizaciones colegiales, preocupadas y garantes del interés general de los ciudadanos juegan un papel esencial.
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