viernes, 6 de abril de 2018

#ApunteEconómicoUP: Sobre la evolución en la prestación de los servicios profesionales


Parece expandirse con cierta celeridad un nuevo modelo de negocio sobre la prestación de servicios profesionales, al menos de abogacía. Lo recoge Jane Croft en un reciente artículo publicado en Financial Times y Expansión. En síntesis, expone que el esquema de facturación por hora de los abogados y consultoras a las empresas, lleva camino de transformarse, en no demasiado tiempo, en servicios puntuales y con precio fijado, a la luz de algunas iniciativas que buscan dar la vuelta al mercado para incrementar, supuestamente, su actividad. Sobre ello, es interesante centrarse cuando el artículo alude a la plataforma internacional virtual Lawyers on Demand (LOD), es decir, 'abogados bajo demanda', que pueden ser solicitados para cuestiones concretas por parte de las empresas. En esta línea, LOD ofrece como ventajas destacadas una gran flexibilidad y disponibilidad de tiempo para los profesionales inscritos que podrían dar servicios a varias entidades y, del mismo modo, «cobra los precios más baratos» para los clientes. 

  • El servicio profesional no encaja en economía colaborativa ni en just in time 

Una presentación que sugiere cierta reminiscencia a los nuevos modelos de economía colaborativa donde es posible contratar a un precio fijado servicios tan variopintos que van desde el bricolaje, la cocina o, los más conocidos, de transporte privado. En otro ejercicio de extrapolación, también recuerda a la práctica industrial 'Just in time' creada por Toyota que suministra los insumos necesarios para la fabricación solo bajo demanda. Si bien, aquí no hablamos de piezas, sino de profesionales cuya prestación se produce, efectivamente, bajo demanda, pero que precisan un estudio y tiempo previos que a menudo se obvia. Con todo, prácticas y modelos que se alejan del núcleo de una prestación enmarcada en el denominado acto profesional, fruto de la ordenación y control del ejercicio por las organizaciones colegiales que introducen la certidumbre requerida por los agentes socioeconómicos. 

  • La heterogeneidad del servicio profesional 

Al remitirnos a los servicios profesionales de mercado, los precios se establecen libremente entre el profesional y los clientes o pacientes por los equilibrios entre oferta y demanda. No obstante, estos servicios se componen de un diagnóstico y de la posterior prestación, cuya articulación puede ser compleja y hasta contraproducente para el usuario cuando se encuentra ante un precio fijado en determinados servicios sin que el profesional haya estudiado aún su caso. Entre otras cosas, debido a que la prestación de un servicio profesional se caracteriza fundamentalmente por ser heterogénea, pues las necesidades y particularidades de cada cliente o paciente aconsejan una atención diferenciada y ajustada al momento para ofrecer el mejor servicio con la adecuación de medios correcta. 

La fijación del precio, como método extendido, en estos servicios no acaba de atajar la información asimétrica característica, que siempre existirá. También en el caso de las empresas a pesar de que demandan servicios profesionales con mayor asiduidad que las personas y su brecha puede ser menor. En cualquier caso, que una empresa cuente con servicios profesionales adecuados y con la calidad necesaria para llevar a cabo su actividad puede ser diferencial en relación a sus competidores, con lo que el argumento único del precio bajo en estos casos tiende a pasar a un segundo plano. 

  • Fijar precios de entrada puede ser ineficiente 

Descrita la aproximación a la complejidad de la prestación de un servicio, esta fijación de precios dentro de estas plataformas virtuales, puede implicar la aparición de un doble fenómeno. Por un lado, contrariamente a lo previsto, podría suceder que el precio fijo calibrado del servicio por el profesional mostrara una sobreponderación en previsión de cubrir las contingencias que pudieran acontecer durante la prestación. Cuestión difícil de observar y dilucidar, incluso para ser corregida a posteriori. Por otro lado, si la condición de los profesionales por estar en estas plataformas es ofrecer los precios fijos más bajos del mercado, podría traducirse en un servicio que tendería a rozar una calidad no tan deseable y, por supuesto, en una precarización del ejercicio de los profesionales independientes que verían limada, paradójicamente, su independencia. Situaciones que serían más ineficientes y con mayor riesgo para los usuarios. 

Evidentemente, el subsector de servicios profesionales ha de evolucionar y adaptarse a las necesidades de los clientes y pacientes, pero tampoco ha de olvidarse el carácter prescriptor y de servicio de los profesionales que protegen el interés público y privado sobre temas de especial sensibilidad. Identidad que ha de quedar patente en todos los medios donde se ofrezcan servicios profesionales.

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