- Informe del Banco Mundial
Más allá de las diferencias regionales, el perfil característico de los grupos sociales más pobres en el mundo se concentra en un 80% en el ámbito rural, la mitad son menores de 18 años —cuando este grupo de edad es solo un tercio de la población mundial—, y el nivel de formación de los adultos es muy bajo. Así lo describió Ana Revenga, supervisora del Banco Mundial, en el informe sobre la pobreza y la prosperidad compartida: abordar la desigualdad que se presentó el 16 de enero en la sede de la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID). Con la finalidad de poner fin a la pobreza y promover la prosperidad compartida a nivel mundial, la institución financiera elaborará entregas periódicas del informe para mostrar los avances en los objetivos de desarrollo sostenible fijados por Naciones Unidas (NU), concretamente el primero: fin de la pobreza y el décimo: reducción de las desigualdades. En definitiva, con estos estudios se pretende llegar a los profesionales del desarrollo, los encargados de la formulación de políticas y a la sociedad en general.
Más en detalle, Revenga señaló que en el espectro 2008-2013, los ingresos del 40% de población más pobre en los países en desarrollo convergieron hacia las rentas más altas. Sin embargo, en los países de renta más alta o en aquellos del este de Europa, la desigualdad creció en el mismo periodo. Por su parte, Mario Negre, codirector del equipo que elaboró el informe, sostuvo que si el 40% más pobre de los países tomará o compartiera un 1% del crecimiento del 60% más rico, se alcanzaría el objetivo de reducción de la pobreza fijado para el año 2030. E incluso podría llegar en 2025 si el porcentaje fuera del 2%. En este sentido, defendió que «las políticas redistributivas pueden ser muy importantes para reducir la pobreza».
En cuanto a las políticas sobre pobreza y desigualdad, las cuales «no son automáticas e irrevocables», José Cuesta, también codirector del informe, apuntó algunos de los aspectos comunes que habían llevado a países como Brasil, Perú, Mali, Camboya y Tanzania a rebajar sus índices de desigualdad en la última década. Entre esos factores se encuentran el crecimiento económico sostenido y rápido, unos mercados laborales más estables y que buscan reducir brechas, y la aplicación de políticas apropiadas tales como la inversión en infraestructuras, educación y sanidad. Todo ello junto con el aprovechamiento de un entorno económico internacional favorable. Asimismo, José Antonio Alonso, del comité de política de desarrollo de NU, refirió en su análisis la mejora y el progreso de la calidad institucional como un elemento clave del impacto de la desigualdad en la sociedad.
- Informe de Intermon Oxfam
También el mismo día 16 se hacía público el informe Una economía para el 99% de la organización Intermón Oxfam, donde para atajar el problema de la pobreza y la desigualdad expone que se «requiere repensar el modelo económico». En este sentido, los datos de la economía española no acompañan y apunta que la desigualdad medida por el índice de Gini aumentó en 0,9 puntos en los últimos dos años.
— CClimático y Pobreza (@climaYpobreza) 16 de enero de 2017📄Informe: "En España, la fortuna de 3 personas equivale ya a la riqueza del 30% más pobre del país"👉 https://t.co/c4wPlFX6AF @OxfamIntermon pic.twitter.com/AFcIafM5RV
De este modo, entre las líneas de cambio por las que aboga alude a potenciar el talento de las personas para así sacar su mayor provecho, enfocar la economía para que sirva a la mayoría y fomentar paquetes de políticas dirigidas a los colectivos más vulnerables ya excluidos o en riesgo de exclusión social.
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