Bruselas, 11-15 noviembre. La segunda ronda de negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre EE.UU. y la Unión Europea ya está en marcha. De cerrarse —a mediados del 2014—, daría lugar al área de comercio con mayor volumen económico del mundo. Al mando de las conversaciones se encuentran Daniel Mullaney, jefe negociador por EEUU, e Ignacio García-Bercero, su homólogo por la Unión Europea. La importancia de llegar a este acuerdo es «capital», como refirió, recientemente, el Ministro de Asuntos Exteriores, Margallo en un acto en la Casa de América. Y así lo cree la Comisión Europea al anunciar efectos positivos sobre el empleo y el crecimiento económico. Unos efectos que, como sostiene, provendrán en un 80% del recorte en burocracia, en diferentes regulaciones y, por otro lado, de la liberalización del comercio de servicios.
Prueba de la importancia para las profesiones colegiadas fue la Mesa Redonda que tuvo lugar el día 5 de noviembre en la Cámara de Comercio de Madrid. En ésta se abordó las posibles oportunidades para las empresas españolas y se prestó atención al capítulo de los servicios profesionales dentro del TLC. ¿Pero qué supondría todo esto?
- Planteamiento del TLC respecto a los servicios profesionales
Una de las líneas básicas del TLC se basa en mejorar el acceso al mercado de servicios en EE.UU. por parte de las empresas españolas y, viceversa, «no seamos ingenuos». Así manifestó, en dicha Mesa Redonda, Rafael Fuentes Candau, Subdirector General de Política Comercial con Iberoamérica y América del Norte. En su presentación aludió al objetivo del TLC de liberalizar todos los sectores de servicios y la oportunidad que supone para los profesionales y, en concreto, para los arquitectos e ingenieros, como un punto esencial en la confección de este acuerdo.
En este sentido, surgen varios interrogantes, máxime cuando nos encontramos a las puertas de una discutida Ley de Servicios y Colegios Profesionales (LSCP). Sin ir más lejos, como sabemos, el modelo estadounidense se basa en las licencias profesionales y, en general, las profesiones son de adscripción voluntaria. Además, la propia prestación de servicios profesionales es de carácter heterogéneo y cada Estado tiene una regulación con diferentes matices. Mientras, en el caso español y europeo, a pesar de mostrar una mayor homogeneidad en cuanto a la colegiación, también presenta sus particularidades. Por ello, armonizar a ambos lados del atlántico que la prestación de servicios profesionales pueda realizarse de forma reglada, en iguales condiciones y, sobre todo, salvaguardando los derechos y la calidad que merece el ciudadano, parece hoy, un galimatías de grandes proporciones.
- ¿Qué modelo de prestación de servicios profesionales prevalecerá?, ¿será una mezcla?
A priori, según el experto en comercio internacional, Arcadi Oliveres, «EE.UU. tiene una posición dominante en algunas áreas, como servicios profesionales e inversión extranjera. Las empresas norteamericanas suelen invertir más en Europa que al revés». Mientras, Javier Díaz Jiménez, profesor del IESE afirmaba que «este tratado llevaría a un desarme arancelario completo, donde las mercancías podrían venderse sin ningún coste y donde se armonizarían determinados estándares técnicos. Integrar un mercado comercialmente de ese tamaño bajaría los precios de muchas cosas y nos beneficiaríamos todos».
- ¿Qué hay de la protección de datos?
Pero no hay que olvidar, además, el tema de la protección de datos. La Organización Europea de Consumidores (BEUC), junto con otras instituciones comunitarias, han alertado de que las legislaciones a este respecto son «totalmente incompatibles» y, por tanto, piden que este proceso negociador sea más abierto a la sociedad. Sin ir más lejos, Martin Schulz, Presidente del Parlamento Europeo, pidió que se paralice el proceso hasta tener más garantías sobre este asunto. Una de las posibles implicaciones sería la prestación de determinados servicios profesionales a través del creciente fenómeno del e-commerce donde los datos tanto de profesionales como clientes o pacientes podrían no estar lo suficientemente protegidos.
- Posible repercusión del TLC para la Ley de Servicios y Colegios Profesionales
Uno de los objetivos y enfoques del anteproyecto de LSCP es adaptarse aún más al marco regulatorio europeo.
De esta forma, la aparición y consolidación de un acuerdo de libre comercio entre EE.UU. y la UE «conllevaría una modificación de la LSCP que no tendría que ser excesiva al estar dentro del marco comunitario» tal y como dijo, Rafael Fuentes Candau. La actualidad en las profesiones se centra hoy, en el desarrollo del anteproyecto de LSCP, pero una vez vistos estos movimientos en el marco de acuerdos comerciales entre la Unión Europea y EE.UU., merecen y tendrán un capítulo especial para las profesiones colegiadas. Y es que los derechos de los profesionales y ciudadanos están juego.
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